El Jet Invisible

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AYER SE PRESENTÓ LA PLAYSTATION 4. LA APUESTA DE FUTURO DE SONY COMPUTER ENTERTAINMENT CUANDO SE CUMPLEN 20 AÑOS DE SU PRIMERA CONSOLA DE VIDEOJUEGOS.

Y tras todo este tiempo, la piedra fundacional de su modelo de negocio permanece inalterable: Ofrecer lo que ya existía, pero actualizado con las máximas prestaciones tecnológicas disponibles en cada momento.Buenas noticias para aquellos que quieren ver gráficos cada vez más realistas, texturas detalladísimas y misiones más largas.

Durante la presentación de PS4 los datos técnicos más punteros se mezclaban con espectaculares demos visuales y detalles funcionales. Compartir sin salir de tu casa. Todo más fácil y rápido. Todo está en la nube. Todo es ubicuo. Intangible. Sideral.

No nos enseñaron el diseño de la consola, ni falta que hace. Ya hemos llegado a otra dimensión. Lo de menos es su forma, como un jet invisible. Y algo me dice que que me hago viejo para todo esto.

Soy un apasionado de los videojuegos desde niño. Siempre he defendido y defenderé las innumerables cualidades artísticas de este medio y su aportación cultural. He pasado muchísimas horas delante de una pantalla, inmerso en historias y retos tan variopintos como ir flotando con dos globos por el mundo o descubriendo lo que soy en un desierto. He vivido la evolución completa, desde los cuatro pixeles mal juntados hasta el 3D sin gafas y los gráficos foto-realistas. Y de un tiempo a esta parte, lo que veo me tiene desencantado. Reconozco su mérito a nivel técnico, incluso lo aplaudo, pero me aburre y echo de menos cosas de antes. Como el valor de un producto nuevo y completo.

Es curioso que incluso en un medio tan nuevo e intrínsecamente relacionado con la innovación como el de los videojuegos esté creciendo tan rápido el sentimiento de nostalgia. Pero hay motivos.
Un juego puede ser como un libro o un vinilo. Lo disfrutas más cuando lo tienes en tus manos, lo desgranas con más detalle y cariño. Lo pones en una estantería orgulloso, o se lo prestas a un amigo para que también lo disfrute como tú. Es complicado encontrar el Castlevania de la NES por menos de 60€ en eBay, y es un juego de 1986. ¿Por qué? Originalidad, riesgo, personalidad y sobre todo saber sacar mucho de donde había poco.

De entre todas las demos que vi ayer, no encontré ni un personaje memorable. Ni un enfoque verdaderamente original. Ni un resquicio de riesgo más allá del que supone para tu autoestima seguir meneando la pelota de colorines del PlayStation Move.

Grandes sagas de disparos, cinemáticas de Square Enix que aburren hasta el coma, juegos multiplataforma con un tío de Ubisoft diciendo lo maravillosa que es la consola igual que lo diría de la de Carrefour si sacasen una. Más partículas. Más efectos. Si llegan a enseñar un Call of Duty o un FIFA me hubiese auto-aplicado un sedante. Todo lo que rodea a los videojuegos se está volviendo impersonal y poco original cuanto más transparente y accesible. La mayoría de los grandes estudios no están por la labor de hacer una cosa diferente a lo que ya les funcionó en el año 2000 pero mejor pintado.

Es hora de otro tipo de revolución. De hacer cosas realmente buenas y aprovechar las posibilidades de la tecnología para marcar la diferencia con las características que no se miden en las reviews. Buscar el valor añadido que hace que quieras poner un juego o una consola en tu casa, si es que llegan a ser corpóreos. Y cuando existan productos así, cuando surjan las excepciones, esos son los que probaré. Pero al menos de momento, al menos con esta carcasa invisible y etérea, definitivamente no soy carne de PlayStation 4.